Te presentamos cuatro tapices que han marcado un antes y un después en el arte villero
1919 – La primera
Con Felipe Machado y Benítez de Lugo empezó la historia. El afamado alfombrista fue el primero en confeccionar un magno tapiz en la plaza adoquinada de la Villa para celebrar el paso de la Infraoctava del Corpus Christi. Flores, arena y, también, conchas y cañas, dieron lugar a la obra efímera con la que todo daría comienzo. Era 1909 y una tradición se había empezado a forjar…
2002 – Un cuadro en vertical
La inventiva de los artistas de la arena no tiene fin. Así lo demostraron en 2002, cuando los encargados de crear la alfombra del corazón de la Orotava hicieron magia. Por primera vez, el magno tapiz presentaba un cuadro en vertical. Una obra solo apta para verdaderos ingenieros de las técnicas del dibujo y la pintura, que dejó boquiabiertos a todos los visitantes. Y es que el cuadro parecía, literalmente, estar de pie.
2006 – El primer Congreso
La Orotava como capital mundial del arte efímero. Eso fue lo que ocurrió en 2006, cuando el municipio norteño se convirtió en la sede del primer Congreso Internacional del Arte Efímero de Las Flores y La Arena. Todo un acontecimiento para el que los alfombristas prepararon un tapiz sumamente especial, una obra tan original y talentosa que muy pocos la olvidarán. 2006 fue el año en que la Villa salió al mundo.
2019 – Una mirada para remover conciencias
Unos ojos lo hicieron todo. Este año, un siglo después de la primera alfombra, la mirada de un niño volvió a hacer historia. El magno tapiz confeccionado para celebrar los 100 años de esta tradición, removió los corazones gracias a la figura de un pequeño que pedía ayuda. La alfombra de la llamada a la solidaridad quedará en la retina de todo un pueblo.